07 Jan
CANSANCIO

A veces, es imposible lidiar con el cansancio. Te invito a que leas el mini cuento "Cansancio" empecemos el año con nuevo contenido. No olvides dejar tu comentario a ver qué te parece y como siempre las críticas constructivas son siempre bienvenidas, que lo disfrutes y ¡Que tengas una noche de lectura inolvidable! 


CANSANCIO

Escrito por Liza Gabriela N. Pagoada - 2019

Tirado en la cama luego del trabajo, su pesado cuerpo yacía con los pies en el aire. Estaba tan cansado esa noche, más de lo normal; tanto, que sentía su cuerpo como plomo que atravesaba la suave cama. Quería cerrar los ojos, pero cuando los cerraba caía en un sueño terrible, parecía como si cayese por un oscuro laberinto; tanto era lo que quería descansar...no... lo que necesitaba descansar, lo necesitaba pero quería esperar a su esposa y poder cenar con ella, recibirla despierto. Él era un esposo responsable, respetuoso y amoroso como ningún otro; igualmente, ella era una mujer respetuosa, amorosa y trabajadora, como ninguna otra y llegaría en cualquier momento, él solo tenía que esperarla. Esperarla con los ojos abiertos para darle las flores que le había comprado para celebrar su aniversario, las cuales yacían con él a su lado en la cama, esperando también. Él, con los pies en el aire.

El peso de su cuerpo era incomparable, intentaba mover sus extremidades y pesaban tanto que casi era imposible moverlas, y sus párpados ¡por Dios! Sentía como si alguien halara sus párpados para que los cerrase. Era imposible luchar contra el cansancio, cedió y cerró sus ojos y en su mente, para mantenerse despierto repasaba aquellas hermosas memorias con su hermana menor y su padre en la granja, el momento en que su esposa le dijo que tendría un hijo e incluso el crudo día que su padre se accidentó y murió. Cada momento atroz, cada momento feliz de su vida pasó por su mente para mantenerse despierto y recibir a su esposa. Pensaba en ella, en su cabello corto y rizado; cómo este pasaba de un marrón oscuro a un naranja cuando estaba bajo el sol aquella tarde en la playa cuando eran novios; pensaba también, en la costumbre que tenía ella de comer en la cama y dejar migajas e incluso cómo muchas veces ella le rogaba para hacerlo, pues no le gustaba comer en la mesa. Mientras recordaba, imaginaba y pensaba, los sonidos de su alrededor se silenciaron, sus ojos ya habían cedido y ya no sentía su pesado cuerpo, solo podía escuchar su entrecortada respiración y lo último que sintió fue un terrible frío que provenía desde su interior y entonces cuando su esposa llegó, lo encontró dormido pero Alberto nunca despertó...

Fin

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