16 Apr
UN VIAJE EN AUTO

¿Cuántas veces hemos querido hablar con honestidad pero no nos atrevemos? 

Un viaje en auto, nos demuestra una situación cotidiana que muchas veces ignoramos ¿Por qué? ¿Acaso nos parece correcto? Me gustaría conocer el punto de vista de mis lectores y es por eso que los invito a leer mi mini cuento. Espero que lo disfruten y ¡que tengan una noche de lectura inolvidable!. 

UN VIAJE EN AUTO 

Escrito por Liza Gabriela N. Pagoada

Con cautela, Humberto avanzaba por la carretera, lento y con la mirada fija en el negro asfalto que desaparecía debajo del auto. No había pronunciado ni una palabra desde que él y Lorena, su novia, habían salido de la casa.

Su silencio se hizo más evidente cuando la última canción en la radio dejó de sonar. Cuando iban de paseo, escuchaban las emisoras que le gustaban a Lorena y cuando calló la música, ella apagó la radio y con una sonrisa, le preguntó a Humberto, con un interés fingido y aprendido mientas sacaba su teléfono para mirarlo durante el resto del camino “¿Te pasa algo, Humberto? Has estado tan callado.” Y sin reparar mucho en ello le contestó brevemente y con una voz perezosa casi imperceptible “Pensando” “Y... ¿en qué piensas?” le pregunta inmediatamente Lorena mientras sigue mirando su teléfono, pero esta vez le sonríe a la pantalla “Pues, pienso en que ya no quiero estar aquí, ni tampoco quiero ir a donde vamos. Me aburren los viajes en auto contigo...” Contestó sin expresión alguna, y sintiendo la mirada de confusión y sorpresa de Lorena, quien su quijada casi tocaba el suelo, continuó “...Podría conversar contigo, pero no quiero platicar contigo Lorena. Siempre que te digo algo nunca respondes nada y es como estar hablando solo.” Terminó, sin esperar la respuesta de ella...

“¿Humberto?” Le pregunta su novia, al darse cuenta de que él no le había respondido hacía un rato “¿En qué piensas” le pregunta nuevamente, mientras lo ve fijamente y después de un corto silencio, le dijo con timidez “Pienso en ti Lorena y pienso en que te amo” mientras que ella solo le sonrió con satisfacción y volvió a encender la radio.

Fin

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