En la vida llegan personas que hacen que tu perspectiva de las cosas más cotidianas tengan sentido. Recuerdo el día exacto en que esta frase se convirtió en una de mis motivaciones para llenar mi vida de mejores personas y de más conversaciones, que aunque nos parecen triviales, tienen gran poder sobre nuestra alegría e incluso sobre nuestras aflicciones. ¿No has notado? Que cuando hablas con una persona que tiene un lugar especial en tu corazón todo se siente mejor. El dolor ya no es tan fuerte, las lágrimas se detienen y es probable que sonrías más que nunca.
También lo he pensado en esos momentos en que estoy a la espera de alguien y un desconocido se acerca a platicar sobre qué piensas de la ciudad, de la luna que brilla más que ayer o de por qué sonríes a solas. Cuando debes caminar a casa y el camino se hace más corto porque tu conversación ha sido más amena que cualquier distracción en la calle, e incluso cuando ya no tienes nada más que decir y ambas personas se detienen a ver hacia el horizonte, reflexionando y te das cuenta que esa persona suspira y comparte contigo la satisfacción de haber tenido una conversación amena.
"Una buena conversación es lo suficientemente fuerte para curar la peor de nuestras aflicciones."
¿Qué piensas tú?
- Liza Gabriela