22 Jun
LAS MEMORIAS DE ELENA

Palabras del autor: 

Querido lector, es de mi agrado compartir contigo mi más reciente trabajo además de compartir con el mundo mi sección de concientización en pro de la salud mental. “Memorias de Elena” es el comienzo de esta campaña realizada en mi blog “Lecturas de una noche” con la finalidad de abordar un tema tan importante como es la salud mental.

No esperemos tener problemas de salud mental para entender su importancia, es de eso que se trata esta campaña: priorizar el bien de nuestra mente. Tampoco es necesario haber padecido o padecer de un trastorno o inestabilidad mental para tener en cuenta el cuidado de la salud mental.

Y lo más importante, sepamos que cada quien tiene su propio y único camino para encontrar su salud mental. A veces comienza con aceptar que necesitamos ayuda y solo nosotros sabemos cuándo la necesitamos. Las personas no saben lo que sucede dentro de nosotros, es por eso por lo que no se debe contar con los demás para saber qué hacer en cuanto a nuestra salud o el cuidado de esta. Es probable que para los demás no sea tan serio, pues somos nosotros quienes lo estamos pasando, somos nosotros quienes tomaremos la decisión.

Espero que disfruten la historia, que tengan una noche de lectura inolvidable y valoremos nuestra salud mental.

Liza Gabriela N. Pagoada



Las Memorias de Elena

     Agosto 7

Llegando a casa de la tienda he discutido con Francisco porque he olvidado comprar la leche. Ahora, ya no sé cómo explicarle que en realidad no estaba molesta con él por habérmelo hecho saber, sino que me sentía tan tonta por haber olvidado algo tan simple. Me siento culpable por someterlo a tan agresiva discusión por algo tan minúsculo; pero, ahora qué más da, además siendo él un hombre tan sencillo, casi nunca recuerda y es probable que mientras yo escribo esto, él ya no recuerda que nos hemos peleado.

Ahora que lo pienso, Francisco es como cualquier hombre: bastante sencillo y olvidadizo. Eso lo he sabido desde siempre y siempre he sabido que debo recordarle algunas cosas, lo cual jamás me ha molestado hacer. Él no es bueno recordando, pero yo sí (no esta vez) y yo es que, soy muy mala con las computadoras y él es lo contrario a eso.

     Agosto 21

Me he alarmado hoy al haberme dado cuenta de que había olvidado regar mis plantas, las que están justo al lado de la puerta trasera de la casa. Debo admitir que estos últimos días mi mente se ha sentido bastante exhausta, será por la edad o tal vez tengo más cosas qué hacer que antes.

Francisco me dijo que las plantas estarían bien, cuando las encontré algunas hojitas tenían las puntas un poco secas y la tierra estaba bastante sedienta. Espero no volver a olvidarlo, en todo caso he puesto recordatorios en todos lados y la verdad es que me siento un poco vieja por ello.


     Septiembre 17

He discutido con Francisco el día de hoy, debo admitir que fue por mi culpa y he sido yo quien estaba bastante agresiva al respecto. Siempre olvida sacar la basura los fines de semana, pero creo que lo que más me molestó... es que yo lo estoy olvidando también.


     Septiembre 19

Mis plantas han muerto, a pesar de todos los recordatorios que he puesto y de incluso pedirle ayuda a Francisco a recordar regarlas se han convertido en esfuerzos fallidos y lo he olvidado. Me encerré en la habitación toda la tarde y la mayor parte de ella, llorando. No solo por mis plantas, sino porque de verdad siento que algo está pasando y no sé qué es... por otro lado Francisco me hace creer que no pasa nada, insiste que es la edad. Honestamente, yo quiero creerle.

     Septiembre 25

Una señora se ha acercado con mucha confianza a hablarme hoy en la tienda, debo decir que su apertura y aspecto agradable denotaba que ya me conocía. Sin mencionar que al verme su expresión de asombro fue casi gritar “¡Elena!”. Ahora pensando en la situación, conozco su rostro y siento que tiene algo que ver con Francisco; algo así como su prima, pero me siento tonta al pensar en mi expresión mientras ella me hablaba y yo trataba de recordar su nombre.

Al regresar a casa, apenas recordaba cómo lucía la mujer, pero sí lo suficiente para comentarle a Francisco y darme cuenta de que se trataba de su hermana. La vergüenza me hizo cubrirme el rostro con las manos y comenzar a llorar. No sabía qué decirle, él se limitó decepcionado a tocar mi cabeza con ternura y decirme que no me preocupara y cuando se fue dijo casi susurrando... tal vez sea la vejez.

     Octubre 1

Hoy es mi cumpleaños, cuando me levanté en la mañana me sorprendí al punto de asustarme cuando escuché a Francisco gritar “Sorpresa” cuando abrí la puerta. Siempre lo hace y en realidad soy yo la que el día anterior (30 de septiembre) le recuerda a cada segundo que el día siguiente es mi cumpleaños. Pero, esta vez no recuerdo haberlo hecho y creo que olvidé mi cumpleaños.

Francisco invitó a algunos amigos y mientras estábamos todos sentados en el patio trasero de la casa constantemente me sumía en mis pensamientos y realmente olvidaba que estaba ahí. Mi esposo a cada rato tocaba mi brazo con gentileza y llamaba mi nombre para llamar mi atención de nuevo, y en realidad podría decir que me traía de nuevo a la realidad. Creo que todos notaron mi ausencia, menos yo. Estoy segura de que, si Francisco no me lo hubiese comentado, no me hubiese importado. Al final del día, cuando le comenté a mi amiga Gabriela sobre todo lo que me había sucedido también creo recordar que lo atribuyó a mi edad.

Todos dicen tanto lo mismo que lo estoy empezando a creer yo misma y creo que debería dejar de darle tanta importancia. Aunque por dentro, siento tanta angustia y tristeza que realmente ya ni quisiera salir de la habitación.

     Octubre 15

No quiero salir de mi habitación, me siento perdida y también abandonada incluso por mi propio esposo. Aunque frente a él, finjo estar bien. Estoy consciente de que no lo estoy, pero nadie me cree a veces me olvido de tantas cosas que me hacen sentir atemorizada, tanto que he perdido el apetito y me molesta que Francisco me hable.

Hoy, me ha preguntado algo y estaba tan irritada por ello que le he contestado muy mal...Solo se dio la vuelta y dijo “No sé qué te pasa, Elena” ... también he olvidado la última vez que alguien me ha preguntado cómo estoy.

     Noviembre 30

Había pensado no escribir más en este diario, pero lo que sucedió hoy tenía que comentarlo. No se lo dije a Francisco porque seguirá diciendo lo mismo, pero presiento que algo anda mal... De nuevo en la tienda, un hombre más joven se ha acercado a mí ofreciéndome su ayuda, le pregunté el por qué y dijo que había estado deambulando por todo el supermercado, como si hubiese olvidado algo y la verdad es que hasta ahora no recuerdo qué es lo que estaba buscando.

     Enero 13

Sabía que tenía que escribir algo, realmente sabía que tenía la intención de abrir mi diario y que hablaría de algo... Se me olvidan algunas palabras, llevo una hora tratando de recordar palabras, recordar cosas y no puedo. Estoy en el ahora, y... no sé cómo decirle a mi realidad que estoy casada con un hombre de quien no recuerdo su nombre. Se sienta a mi lado, y platicamos y constantemente debe interrumpirme para recordarme palabras, nombres, fechas, pero he evitado llamarlo por su nombre porque no lo recuerdo. ¿Cómo le dices a tu esposo que has olvidado quién es?

Sea lo que sea, debería seguir atribuyéndoselo a la vejez como lo dice él.

     Enero 18

Por primera vez quiero olvidarme de lo que dice mi esposo, no quiero pensar que esto es parte de la vejez. Él es mayor que yo y estoy segura que no ha pasado por algo así, estoy tan asustada, estaba en la tienda y no entiendo qué estaba haciendo ahí y cómo había llegado ahí. Lo peor de todo es que no recordaba el camino de regreso y si soy honesta tampoco recuerdo cómo he llegado aquí, mi esposo me ha comentado sobre la escena que hice en el supermercado, creo haber tenido una especie de ataque de pánico y de nuevo el que parecía trabajar ahí me hablaba por mi nombre, pero no sé quién era. No recuerdo su nombre.

Mientras hablaba con mi esposo, su mirada no me daba tranquilidad se le veía bastante preocupado y distante; además, lo que más me atemorizó es que jamás dijo que lo que sucedió fue por la edad. Se lo pregunté y bastante inseguro dijo “Ahora estás mejor, Elena. No hagas caso, estás cansada.”.

     Mayo 23

Esta mañana desperté al lado de un hombre que no conozco, se metió a mi cama y sepa Dios qué ha hecho o desde cuando está ahí. Estoy encerrada en mi estudio, por que insiste en que es mi esposo. No sé qué sucede, porque de una u otra forma ha querido probármelo, pero sigo negándomelo. Mientras escribo esto, está detrás de la puerta tocando incesantemente y dice cosas, dice que debe llevarme con un doctor.

¿Qué clase de doctor?

     Agosto 3

Recuerdo mi casa, pero no recuerdo donde queda. No recuerdo con quién me casé, solo recuerdo que él me llama “Elena”, es un bonito nombre. Me siento en la necesidad de escribir las palabras que recuerdo, he olvidado tantas y no puedo recordarlas bien.


     Agosto 15

Creo que mi nombre es Elena y creo que estas son mis memorias. Las he leído y no recuerdo nada de ello...

Fin


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